lunes, 13 de febrero de 2012

Publicista de élite

Esta entrada podría dar pie a un motivo para justificarme. Pero solo la voy a usar para desahogarme. Si indagase o bucease en el mundo de la publicidad seguro que encontraría más casos como este o el de Gaes que hacen que os odie un poquito más. Sin embargo, esta no era mi entrada planeada, de hecho, intentaré escribir la que venía pensando, empero me veo en la obligación de mentarla, de manera breve (espero).
Supongo que habréis visto el último anuncio de central lechera asturiana. En concreto este:
La pregunta es: ¿Se puede ser más hortera? (podéis contestar, aportar horteradas mayores y lo que queráis en los comentarios)
Después de cavilar un poco he llegado a la conclusión de que en realidad es una figura retórica visual. Una greguería contemporánea, de una mente superior. Ya que el anuncio hace cagar (precisamente lo que anuncia) ¿Brillante o pésimo?

Natalia Verbeque: tú antes molabas.

(Espero respuestas, superfans ;) ;) )

-Pues espera "sentau"!!!

Por cierto, no es una mala idea acabar con la humanidad, haciéndoles defecar hasta la muerte. La estudiaré.


2 comentarios:

  1. Puedo comprender que pueda interpretarse como algo zafio, pero no creo que lo sea en el fondo.

    Para mi uno de los placeres de la vida es cagar, un momento de tranquilidad como tengo pocos a lo largo del día. Ya sea leyendo en el ebook como el Martin se entretiene matando personajes molones uno tras otro, o con el Angry Birds en el móvil, el trono siempre será un sitio de paz espiritual y hedor personalmente creacionista.

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  2. ¡Tú lo que quieres es ser el váter para verle el ojal a la Verbeke! :P

    Nah, en verdad el anuncio en sí es una mierda, no te lo discuto, como el 99% de los producidos en el mundo.

    Yo quería centrarme en que me gusta cagar, no que me guste el anuncio, que no me la puede pelar más. Pero recuerda que una de las personas que es capaz de mover más masa de gente en este país es Belén Estéban (la princesa del pueblo... pueblo cani, supongo) y, frente a eso, ver como esta muchacha de buen ver hace de la defecación la "vuelta a casa por Navidad", no me parece en exceso desagradable.

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